GR-7 Castellón / Etapa 1 - Fredes _ Font Ferrera _ Fredes
Ruta de ida y vuelta por el mismo tramo del GR-7 que enlaza la población de Fredes (Castellón) con el refugio de Font Ferrera (Tarragona).
El perfil de la ruta y algunos datos.
La actividad comienza con un buen madrugón a las 05:00 de la mañana y salida en coche un poco antes de las 06:00 horas para plantarnos en la población de Fredes a las 06:55 horas. Comenzamos a andar sobre las 07:05 horas con un fresquito característico de la zona ubicada a 1091 m. de altitud que se agradece en las fechas que estamos.
Las fotografías las realizó el compañero y que a petición personal prefirió no salir en ellas (no le gusta salir en ellas, sin embargo le apasiona la fotografía, demostrándolo con las magnificas fotos realizadas con su maquina, todo un profesional).
Efectuamos numerosas paradas para poder sacar fotografías. Fue una ruta tranquila y agradable.
La salida del pueblo es por un sendero muy bonito. Empedrado natural en el suelo y rodeado de frondosos bosques.
A la altura de esta señal seguiremos en el sendero recto dejando el desvío al Pinar Pla a nuestra derecha.
A nuestra derecha el camino nos regala unas vistas a la Tenalla donde se aprecia el Portell del l,Infern y el Salt de Robert.
Al rato nos encontramos con este caos de rocas debido a un desprendimiento bastante serio que se intuye ocurrió bastante tiempo atrás. Más adelante el tamaño de las rocas es espectacular.
Sendero relajante.
Un buzón donde poder dejar constancia de tu paso por estos parajes.
Finalizado un fuerte descenso se llega a un terreno plano. Después de una curva el refugio Font Ferrera se deja ver entre los pinos.
Efectuamos numerosas paradas para poder sacar fotografías al igual que la realizada en el refugio Font Ferrera para hacer buen uso de los bocadillos. El refugio se encontraba guardado y aprovechamos para tomarnos un café que nos sabio a gloria antes de reanudar la marcha para volver a Fredes.
Desde nuestra salida del refugio el cielo nos mandaba unos truenos que avisaban de una posible tormenta. El cielo estuvo toda la mañana cubierto, solo a intervalos cortos aclaraba, pero en pocas ocasiones dejaban pasar los rayos del astro rey.
La mascota de mi compañero, todo un montañero, dando la talla y una buena compañía en nuestros pateos.
A la altura del Pinar Pla rompió tímidamente a llover, pero sin mayores consecuencias que una corta llovizna, donde paramos un momento al resguardo de uno de sus pinos.
En este punto no podíamos pasar de largo sin pararnos a observar el punto exacto en el que se ocasionó el espectacular desprendimiento por el que habíamos pasado anteriormente a la ida.
Llegando a Fredes por un camino empedrado muy bonito y con la compañía de la mascota de mi amigo que se porto de fábula una vez mas. No es la primera vez que nos acompaña en nuestras rutas y nos seguirá acompañando en las futuras pateadas.
Fredes se deja ver desde el sendero momentos antes de la llegada a su población entre sus frondosos arboles.
Reina la absoluta tranquilidad, paz y sosiego espectacular.
Esta imagen refleja lo que con anterioridad comentaba, la paz y tranquilidad que hay en este bonito entorno que sin ninguna duda expresan estos animales. Corroboran la tranquila armonía natural del lugar.
Bonito ejemplar pastando a sus anchas.
El noventa por ciento de las tierras están cubiertas de bosques majestuosos, y sobre ellos puede verse planear águilas y buitres como si Fredes fuese, en verdad, un rincón todavía olvidado por los estragos de lo moderno.
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Anécdotas y momentos del día
Podríamos destacar como anécdota del día el momento que nos refugiamos debajo de un pino al romper a llover como relataba con anterioridad. El compañero observó a nuestros pies y entre las raíces del árbol un agujero que sin duda achacamos a los jabalíes en su búsqueda de raíces, pero que no dimos mas importancia hasta que sin esperarlo sentí dos pinchazos agudos en mi mano izquierda que nos puso en alerta y nos dimos cuenta en un segundo que estábamos rodeados de avispas enfurecidas. Al parecer dentro del agujero se encontraba un avispero y nuestra presencia las alteró poniéndose agresivas. Salimos de allí como un rayo sacudiéndonos algunas avispas de la ropa y quitándole del cuerpo alguna que otra también a la mascota de mi compañero que trataban de picarle. Digamos que ese hecho fue el momento y/o anécdota del día que podríamos relatar como tal.
